Por venir

Como te iba diciendo, lo mejor está por venir, aunque no llegue ahora, ya, todavía.

La vida solo nos da aquello que puede quitarnos y, para poder ir dejándonos desnudos como vinimos, primero tiene que vestirnos despacio.

Recuerda que hace diez años cualquiera no podíamos ni tan siquiera imaginar todo lo que nos ha ido pasando: ese vértigo de encuentros y desencuentros que forman la sustancia de una vida, esa retahila de presencias y ausencias que cambian el mundo y nos transforman el corazón con nuevos nombres, esa alternancia de lágrimas encogidas y de risas a pecho descubierto que, si las viesemos desde los ojos de otro, darían pie a decir que estuvimos locos.

Lo mejor está por venir. Que no sepamos cuando, que no imaginemos qué, que seamos incapaces de explicar cómo, no quiere decir que no venga, que no haya venido, que no esté aquí al lado deseando que nos miremos con ojos de extraño que nos digan, curiosos y abiertos de par en par, la maravilla en la que vivimos.

Porque ocurre con cierta frecuencia que lo bueno que está por venir sólo sabemos reconocerlo cuando se ha ido y ya está lejos, que es a donde miramos cuando no miramos lo que tenemos alrededor.

Quizá hay mucha metáfora en este espejismo y aunque diez años no es nada, quizás sean muchos para encontrar consuelo cuando a uno le arde la tristeza y no encuentra esperanza con la que apagar el fuego. Quizás sea más sencillo recordar que nadie se baña en la misma playa dos veces, pero que, para asombro propio y de conocidos y familiares, puede que sí te hayas bañado una vez.

Lo mejor que está por llegar no está escrito en las líneas de ninguna mano, sino que será nuestra mano la que lo escriba. Lo mejor que está por llegar no saldrá en anuncios de la televisión, ni tendrá rojo su número de día en el calendario, ni facebook nos lo colgará en un muro. Lo mejor que está por llegar, no sabemos imaginarlo: y esa ignorancia es uno de los mejores regalos que tiene la vida.

Como te iba diciendo, lo mejor siempre está por venir, aunque no llegue ahora, ya, todavía. Aunque no sea eso que creemos que esperamos, aunque no sea eso que creemos que nos falta por rellenar.

Como te iba diciendo, lo mejor está por venir, no tengas duda. Del mismo modo que sé que no tienes ninguna duda de que lo mejor que está por venir, tarde o temprano, también lo perderemos.





Destiempo

Nuestro entusiasmo alentaba a estos días que corren
entre la multitud de la igualdad de los días.
Nuestra debilidad cifraba en ellos
nuestra última esperanza.
Pensábamos y el tiempo que no tendría precio
se nos iba pasando pobremente
y estos son, pues, los años venideros.

Todo lo íbamos a resolver ahora.
Teníamos la vida por delante.
Lo mejor era no precipitarse.

(Enrique Lihn)

2 comentarios:

  1. Las cinco palabras del optimismo y la esperanza, realzadas con esa prosa poética tuya tan adictiva mi viejo y querido Instanteca. (Si, soy una nostalgiosa, soy uruguaya).
    Gran abrazo

    ResponderEliminar
  2. La vida es insomnio18 de octubre de 2018, 21:53

    Gracias, loquita. Gran abrazo transoceánico...

    ResponderEliminar